domingo, 20 de febrero de 2011

Fernando Lugo. Judas Iscariote en los brazos de Raúl Castro

Dijo el Barón de Holbach que la traición supone una cobardía y una depravación detestable, a lo que puede añadirse que más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de convertirse en traidor.
A pocos le calzaría la observación con tanta pertinencia como al cura presidente Fernando Lugo, quien ha logrado un nuevo consenso en el gremio médico paraguayo que ha emitido manifestaciones de repudio hacia su persona, exteriorizando que el desprecio es mutuo.

Desde que se inició el calvario de padecimientos físicos que aqueja al cura Fernando Lugo, secuela de los morales, el libidinoso ex clérigo no ha hecho otra cosa que desairar a los profesionales de salud de su país.

La Asociación de Kinesiólogos y Fisioterapeutas de Paraguay expresó ayer su indignación por la decisión del presidente Fernando Lugo de viajar a la Cuba de Raúl Castro, para tratarse de una simple tendinitis que puede ser curada en Paraguay.

“Aquí en Asunción gozamos de la tecnología de punta, así como con los conocimientos adecuados de especialistas que el presidente necesita para su mejor atención”, señaló un comunicado divulgado ayer por los profesionales kinesiólogos y fisioterapeutas locales.

La Asociación Médica por su parte expresa su indignación porque debido “a cualquier estornudo” el presidente debe salir del país”. Si su salud le impide realizar su labor como presidente, por ética debería renunciar, expresa también el comunicado, donde repudian a colegas serviles que se prestan a situaciones que desacreditan el gremio médico paraguayo con “diganósticos a la medida”.

Pero Fernando Lugo también ha decepcionado a muchos otros sectores, incluida la izquierda bolivariana. Mientras la coordinadora de activistas por los derechos humanos sigue denunciando constantes atropellos, el gobierno del cura sólo ha puesto empeño en reprimir organizaciones campesinas, desairar a los carenciados, denigrar a las mujeres, abandonar a los indígenas y complacer en todas sus demandas a la oligarquía.
Simultáneamente, siguen las revelaciones vergonzosas en el gobierno luguista, en tanto calientan motores las huelgas y movilizaciones en el sector social.

El último bochorno es protagonizado por el canciller de Fernando Lugo, Héctor Lacognata, con doble salario tanto como secretario de Estado y consejero de Itaipú, llegando a unos 74 millones de guaraníes por mes, algo que viola el artículo 105 de la Constitución Nacional.

Lacognata admite que percibe un salario mensual de 59 millones de guaraníes como representante de la Cancillería ante el Consejo de la Itaipú Binacional, además de su salario de ministro. Paralelamente, funcionarios de varias reparticiones públicas denuncian el secuestro de sus asignaciones, viáticos y sueldos por parte de los insaciables burócratas del régimen.

La Coordinadora de Organizaciones Campesinas (COC) han decidido en tanto declararse en estado de Alerta y Movilización Permanente en lucha por la Reforma Agraria Integral y en contra de las Privatizaciones que pretende llevar adelante el gobierno del cura, en su afán claudicante y neoliberal.

Mientras se indispone cada vez con más sectores, el gobierno arzobispal sigue apelando al expediente de los fantasmáticos números de la macroeconomía y operativos de prensa como paliativo para su constante pérdida de credibilidad.

Era muy poco, en realidad, lo que podría haberse logrado desde la izquierda con un subproducto del abuso de poder mediático de un puñado de inescrupulosos empresarios de ultraderecha, como los que manejan la prensa de Paraguay, un nido donde se esconde todo el mal que puede desplegarse en el mundo. Lugo, en quien confluyeron fuerzas exógenas tan antagónicas como el mismo diplomático estadounidense James Cason y los representantes de la Cuba castrista en Paraguay.

Hace tiempo este hijo pródigo de la izquierda latinoamericana es conocido por sus actitudes ambiguas y claudicantes que facilitaron, entre otras cosas, que la embajada norteamericana controle hoy un 80 por ciento del sector público paraguayo, como reconoció un alto funcionario de su mismo gobierno.

Y ante la misma CNN, Lugo en vivo y en directo acabó confesando que solicitó a la
embajada norteamericana equipos de espionaje teléfonico, curiosa actitud en quien se llenaba la boca hablando de soberanía y a quien promocionaban como un nuevo aliado de Hugo Chávez y Evo Morales. Y a quien hoy aún pretenden salvar como “socialista moderado”.
El Che Guevara decía que son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma, algo en lo cual es un paradigma consumado nuestro inefable cura con hijos.

Todo un Judas Iscariote en los brazos de Raúl Castro.

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