De cínico, delincuente y depravado sexual fue acusado ayer el obispo Fernando Lugo en el Senado paraguayo, en medio de un escándalo mundial por haber abusado de una menor. Los senadores Julio Velázquez, Lilian Samaniego y Ana Mendoza de Acha fueron quienes más duras expresiones tuvieron contra el clérigo. Lilian Samaniego le exigió que pida perdón y aclare si realmente tuvo relaciones con Viviana Carrillo siendo ésta aún menor de edad, lo cual consideró como “estupro”.
La senadora de Acha calificó de “estafa” la actitud de Lugo, porque durante la compaña omitió dar el dato sumamente importante de su paternidad a los votantes, lo cual es “indignante”, y se está pasando “una vergüenza, escándalo y un bochorno internacional”.
El senador Julio Velázquez afirmó que el Paraguay está en manos de un depravado sexual. El presidente Fernando Lugo y la joven Viviana Rosalith Carrillo comenzaron hace años una relación amorosa, aseguró Edith Lombardo, tía de la mujer que demandó al jefe de Estado para que reconozca a un hijo de dos años de edad.
Edith Lombardo manifestó que Lugo y Viviana se veían en Choré. Indicó que el entonces obispo estaba siempre por la casa debido a que era amigo de la familia. “Era muy jovencita en aquel entonces. Se conocieron normalmente, cuando ella hizo su confirmación, como cualquier persona”, añadió. Cuando se le preguntó cuándo se inició la relación amorosa entre Lugo y su sobrina, la mujer dijo: “Creo que es una relación de bastante tiempo ya”.
La mujer indicó que su sobrina “pasó por muchas dificultades y malos momentos”. Comentó que no tiene problemas en contar todo lo que sabe, dando a entender que comparecerá ante los estrados judiciales si es convocada.
La tía de Viviana asegura que el niño “se le parece” a Lugo. Aunque sostuvo que “es un poco más lindo”. La escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte este lunes de pascuas, cuando el obispo-presidente confesó públicamente ante las cámaras de televisión haber tenido relaciones con una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo, en tiempos en que se desempeñaba como obispo de San Pedro, y abrió en Paraguay el debate que ya estaba instalado en otras latitudes: el de los escándalos aberrantes que de un tiempo atrás sacuden a la Iglesia Católica.
El drama se agudizó cuando el obispo de Concepción, Zacarías Ortiz, conmocionó a la opinión pública revelando que el dirigente campesino Elvio Benítez y José “Pakova” Ledesma extorsionaban al clérigo-presidente en base al conocimiento de sus perversiones, de allí la forma milagrosa en que obtenían de Lugo todas las concesiones y privilegios en el gobierno.
La confesión del obispo Fernando Lugo de haber cometido estupro lo hace candidato a engrosar esta lista de clérigos expulsados de la Iglesia por aberraciones:
- Alphonsus Penney, arzobispo de la diócesis de San Juan de Terranova (Canadá), dimitió, en julio de 1990, por haber encubierto decenas de delitos sexuales cometidos contra unos 50 menores por más de una veintena de sacerdotes de su diócesis.
- Hubert Patrick O’Connor, obispo de Prince George (Canadá), en febrero de 1991, fue formalmente acusado por la Policía de haber violado a varias mujeres y de cometer asaltos obscenos contra varias otras.
- Eamon Casey, obispo de Dublín (Irlanda), dimitió, en mayo de 1992, tras conocerse que era padre de un adolescente y que de los fondos de la diócesis había pagado a la madre, en 1990, unos doce millones de pesetas “para gastos”.
- Rudolf Bär, obispo de Rotterdan (Holanda), fue forzado a presentar su dimisión, en marzo de 1993, tras ser acusado de “homosexual”.
- Hansjoerg Vogel, obispo de Basilea (Suiza), dimitió de su cargo, en junio de 1995, debido a que estaba esperando un hijo de su amante.
- Roderick Wright, obispo de la diócesis de Argyll y las Islas (Escocia), dimitió, en septiembre de 1996, tras haber protagonizado una ruidosa fuga con una atractiva feligresa.
- Hans Hermann Gröer, cardenal y arzobispo de Viena (Austria) y presidente de la Conferencia Episcopal austriaca, fue forzado a dimitir de todos su cargos, en abril de 1998, tras ser acusado, en 1995, de cometer una diversidad de delitos sexuales contra menores, por una decena de antiguos seminaristas de los que fue confesor (ver Caso 6).
- John Aloysius Ward, arzobispo de Cardiff (Irlanda), fue sustituido al frente de su diócesis, por el Vaticano, en diciembre del 2000, por la presión social desencadenada por haber encubierto a dos curas pedófilos de su diócesis que acabaron encarcelados, aunque la causa oficial para dejar su puesto fue la convalecencia de una trombosis.
- Pierre Pican, obispo de la diócesis francesa de Bayeux Lisieux, fue condenado, en septiembre de 2001, a tres meses de prisión por haber encubierto a un sacerdote pederasta (ver Caso 4).
- Anthony J. O’Connell, obispo de Palm Beach (Florida), dimitió en marzo del 2002 tras admitir haber abusado de dos seminaristas; con uno de ellos, a finales de la década de los setenta, se había metido en la cama, desnudo, cuando el joven acudió a él para pedirle consejo pastoral. O’Connell reconoció que su diócesis pagó a su víctima, en 1976, la suma de 125.000 dólares para ocultar los hechos (que incluían los tocamientos de O’Connell y los abusos sexuales de otros dos sacerdotes). “Ninguna de las personas que me nombró para este cargo lo sabía. Aunque siempre supe que estaba en mi pasado, no lo reconocí”, dijo el obispo.
- J. Keith Symons, el obispo anterior de Palm Beach al que O’Connell tuvo que sustituir en 1999, también debió dimitir tras verse obligado a admitir que había abusado de cinco monaguillos durante las décadas de los años 1950 y 1960.
- Julius Paetz, arzobispo de Poznan (Polonia), renunció al cargo, en marzo del 2002, tras haber sido acusado de cometer abusos sexuales sobre decenas de seminaristas (ver Caso 8).
- Brendan Comiskey, obispo de la diócesis irlandesa de Ferns, dimitió en abril del 2002, al hacerse público que encubrió los delitos sexuales que uno de sus sacerdotes cometió sobre varios menores.
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